Recibimos de Giuseppe Gulizia, uno de nuestros colaboradores de los cursos de Home Tuition, y con afecto publicamos, un breve resumen de su experiencia en la enseñanza del italiano.
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“Cuando la Accademia del Giglio me propuso hospedar en mi casa por dos semanas consecutivas a dos estudiantes estadounidenses reaccioné con inmediato entusiasmo. Siempre me gustó tener huespedes en mi casa provenientes de otras partes del mundo y en el curso de los años transcurridos en Florencia he tenido varios y diferentes. Ésta vez, la escuela me ofrecía una oportunidad diversa: enseñar en mi casa, en los tiempos y espacios que habría concordado con mis alumnos-huespedes.
La experiencia fue simplemente bella. Frank e Cindy llegaron al aeropuerto un poco trastornados por el viaje y, a pesar del cansancio, se esforzaron por comunicar conmigo usando los pocos instrumentos lingüísticos que conocían. Entre nosotros se instauró de inmediato una relación de confianza que creció con el pasar de los días. Después de haber platicado con ellos, usando también inglés en nuestra conversación, me dí cuenta de sus necesidades relativas al italiano, estudié un programa de lecciones articulado en diversas actividades (lecturas, conversaciones, audío y esritura breve) cosa que les permitió, no sólo, aprender la gramática italiana (que era su mayor deseo al llegar a Florencia) sino también les dió la posibilidad de comunicar e interactuar con otros italinos en situaciones concretas. Para ayudarlos a poner en práctica las formas lingüísticas aprendidas, salimos a divertirnos varias veces por la noche, invitándolos por ejemplo, a la fiesta de cumpleaños de mi hermano, donde se divirtieron presentándose – forzosamente – casi treinta veces cada uno! Durante otra ocasión, fuimos a un restaurante a cenar la mítica fiorentina y también en aquella ocasión nos divertimos juntos repasando no sólo el infinito léxico culinario italiano, sino también las diferentes formas lingüísticas que usamos para expresar nuestras preferencias. Creo para concluir, que Cindy y Frank pudieron aprender algunas estrategias de estudio que espero les ayuden a continuar el estudio de la lengua italiana y a profundizar el análisis de la compleja y variada cultura italiana.
Compartir los espacios en casa fué muy sencillo. Por suerte vivo en una casa grande y con personas extraordinarias que se encontraban en su ambiente con mis estudiantes “adultos”. Eh sí! Olvidaba un particular: Cindy y Frank son un esplendida pareja de cinquenteros estadounidenses, llenos de ganas de vivir y entusiasmados por la vida italiana. Gracias a ellos aprendí una cosa: ¡nunca es demasiado tarde para aprender un idioma nuevo!”
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