Si desean salir de los típicos tours de los museos florentinos, vale la pena visitar la Iglesia de San Ambrosio de Florencia situado en la plaza del mismo nombre (mapa), en una pequeña y tranquila zona del centro histórico, cerca de la Iglesis de la Santa Cruz.
A primera vista podría parecer una Iglesia como tantas: la fachada es anónima y el interior presenta una nave única con decoraciones interiores no precisamente armónicas. Si bien algunas de las obras más preciosas que se encontraban en ella se hayan transferido a la Galería de los Oficios (Santa Ana Metterza de Masolino y Masaccio, la Coronación Maringhi di Filippo Lippi y la Pala de San Ambrosio de Sandro Botticelli), la Iglesia es rica de historia y custodia obras de gran valor.
La Iglesia se encuentra en el lugar donde en el año 393 se hospedó San Ambrosio. Las primeras pistas de la Iglesia son del siglo VII. Un tabernáculo en terracotta polícroma de Giovanni Della Robbia en un lado de la plaza representa a San Ambrosio que bendice a los fieles. La Iglesia adquirió importancia el 30 de diciembre de 1230 cuando se llevó a cabo un famoso milagro: “Un viejo párroco, de nombre Uguccione, encontró algunas gotas de sangre coagulado en el cáliz con el cual el día anterios había celebrado la misa y que la noche anterios no había limpiado como se debe. Con gran asombro de las monjas y del pueblo, la sangre fue dopositada en una ampolla de cristal para informar al obispo y al clero ciudadano. El obispo Ardingo Foraboschi, para comprobar el prodigioso evento pidió visionar la ampolla y después de haberla tenido durante un día entero en su habitación la mandó nuevamente al convento en una custodia de marfil con decoraciones de oro y funda de telas preciosas.”
La voz de este milagro se propagó más allá de los límites de Florencia y la Iglesis se convirtió en meta de numerosos peregrinaciones. Por esto al final del siglo XXII la Iglesia de San Ambrosio se reconstruyó más grande y en éstilo gótico.
El fresco de la Madonna del latte in trono, coi santi Bartolomeo e Giovanni, es del inicio del siglo XIII y se atrtibuye a la escuela de Andrea Orcagna: trás el desbordamiento del río Arno en 1966 la sinopia fue retirada en el curso de la restauración y se colocó en la pared anterior de la Iglesia. En el mismo periodo se realizaron otros frescos como la Deposizione atribuida a Niccolò Gerini y la Anunciación de escuela fiorentina atrás del primer altar de la izquierda y el Martirio de San Sebastián, atribuido a Agnolo Gaddi, colocado cerca del primer altar de la izquierda. La pala della Madonna con bambino e santi sobre la capilla a la derecha del altar se atribuye a Lorenzo di Bicci.
Capilla del milagro
La reliquia del milagro era inicialmente conservada en el altar mayor y adornada por las tres palas citadas de Masaccio y Masolino, de Filippo Lippi y de Sandro Botticelli. En el 1468 las monjas cambiaron la reliquia a una capilla apenas costruida a la derecha del ingreso: el tabernáculo era encuadrado por una tabla con Angeles y los santos Ambrosio, Lorenzo, Juan y Catalina de Alejandría adorantes de Alessio Baldovinetti, pero algunos años más tarde las monjas quisieron restructurar el edificio, y encargaron a Mino da Fiesole la escultura de un tabernáculo marmóreo que se colocó en la Capilla conocida como del milagro, a la izquierda del altar mayor y que representa al padre Uguccione que confía a la abadesa de San Ambrosio.
Cosimo Rosselli recibió el encargo de afrescar la capilla (1486 aprox.), y usó como sujeto el Milagro del Caliz: la escena ambientada en la plaza frente a la iglesia representa una procesión del 1340 encabezada con la exposiión del sangre milagroso que salvá a Florencia de la peste. En el fresco, a la izquierda, junto a otros personajes, se puede reconocer un autorretrato del pintor.
Entre finales del Siglo XIV e inicios del XV, fueron sepultados en San Ambrosio numerosos artístas: Mino de Fiesole, Andrea Verrocchio, Simone del Pollaiolo conocido como el Cronaca, los hermanos Del Tasso y Francesco Granacci.
En el curso del siglo XV fueron comisionadas nuevas obras, como la estatua en madera de San Sebastián de Leone Tasso o las palas de altar de Cosimo Rosselli (Jesús crucifijo entre los Santos Jerónimo, Juan Bautista, Cosme y Damián).
Un nuevo milagro, menos conocido, tuvo lugar el 24 de marzo de 1595 cuando se desató un incendio que destruyó todo a su alrededor dejandointacto el mueble que custodiaba las ostias consagradas: las ostias fueron hemedecidas por el agua utilizada para apagar el incendio, y se unieron una a otra formando una especie de dona. Las ostias se conservan en un relicario de plata.
En los primeros aòos del siglo XVI el arquitecto Giovan Battista Foggini aportó importantes cambiamentos a la estructura de la Iglesia: a él se deben el arco triunfal, el ábside barroco y un elegante altar decorado con piedras duras.
El fresco en el techo y sobre las partes altas de la nave se debe a Luigi Ademollo (1832-1833), así como la Matanza de los Inocentes, la última Cena y las Historias de San Ambrosio en el presbiterio. La fachada se reconstruyó en 1880.
Importantes restauraciones se realizaron después del desbordamiento del Arno en 1966 pretendiendo dar el primitivo aspecto gótico de la Iglesia.
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